domingo, 4 de marzo de 2012


10 de Marzo comienzo de la novena de San Jose


SAN JOSÉ POR SANTA TERESA DE JESÚS

Santa Teresa de Jesús, se encomendó a san José, es así como ella habla mucho de el, y fue gran devota de este Santo.
Esta es una selección de párrafos escrito Santa Teresa.

SOBRE SAN JOSE
1.- Y tomé por abogado y señor al glorioso san José y me encomendé mucho a él. Vi claro que, tanto de esta necesidad como de otras mayores, de perder la fama y el alma, este padre y señor mío me libró mejor de lo que yo lo sabía pedir. No me acuerdo hasta hoy de haberle suplicado nada que no me lo haya concedido (V 6,6).
Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, y de los peligros de que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece que les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; pero a este glorioso santo tengo experiencia de que socorre en todas, y quiere el Señor darnos a entender, que así como le estuvo sometido en la tierra, pues como tenía nombre de padre, siendo custodio, le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide.
2.- Y esto lo han comprobado algunas personas, a quienes yo decía que se encomendasen a él, también por experiencia; y aun hay muchas que han comenzado a tenerle devoción, habiendo experimentado esta verdad (V 6, 6)
3.- Procuraba yo celebrar su fiesta con toda la solemnidad que podía, más llena de vanidad que de espíritu, queriendo que se hiciese bien y con muchos detalles, aunque con buena intención (V 6, 7).
4.- Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido a nadie que le tenga verdadera devoción y le haga particulares servicios, que no lo vea más aprovechado en la virtud; pues ayuda mucho a las almas que a él se encomiendan (V 6, 7).
5.- Creo que ya hace algunos años que el día de su fiesta le pido una cosa y siempre la veo cumplida; si la petición va algo torcida, él la endereza para más bien mío (V 6, 7).
6.- Quien no hallare maestro que le enseñe a orar, tome a este glorioso Santo por maestro y no errará el camino. No quiera el Señor que haya yo errado atreviéndome a hablar de él; porque aunque publico que soy devota suya, en servirle y en imitarle siempre he fallado. Pues él hizo, como quien es, que yo pudiera levantarme y no estar tullida; y yo, como quien soy, usando mal de esta merced (V 6, 8).
6.- No me hartaba de dar gracias a Dios y al glorioso Padre mío san José, que me pareció que él lo había traído, porque fray Pedro era Comisario General de la Custodia de san José, a quien me encomendaba mucho, y a nuestra Señora (V 3, 7).
7.- Un día, después de comulgar, Su Majestad me mandó con mucha insistencia que lo intentara con todas mis fuerzas, y me hizo grandes promesas de que se haría el monasterio, y que Dios se glorificaría mucho en él, y que su título fuese de san José, que él nos ampararía en una puerta y nuestra Señora en la otra (V 32, 11).
8.- Una vez estaba en un apuro del que no sabía cómo salir, pues no tenía dinero para pagar a unos albañiles, y se me apareció san José, mi verdadero padre y señor, y me dijo que no faltaría dinero y que los contratara; y así lo hice, sin un céntimo. Y el Señor de modo maravilloso que asombraba a los que lo oían, me proveyó (V 33, 12).
9.- Al glorioso san José no vi con tanta claridad, aunque vi muy bien que estaba allí, como en las visiones que he dicho que no se ven (V 33, 15).
10.- Mas ¡ay, hijas!, encomiéndenme a Dios y sean devotas de san José, que puede mucho (Cc 28ª).
11.- Ya entonces yo oraba mucho a nuestro Señor, suplicándole que  no me fuese sin dejarles casa (en Sevilla), y hacía que las hermanas se lo pidiesen y al glorioso san José, y hacíamos muchas procesiones (F 25, 3).
12.- Las hermanas habían pedido mucho a san José que para su día tuviese casa (en Burgos), y sin pensar que la tendrían tan pronto, se lo cumplió (F 31, 36).
13.- Los días primeros de pascua, u otros días de solemnidad, podrán cantar Laudes, en especial el día del glorioso de san José (Const 1, 3).
14.- Aunque tenga muchos santos por abogados, tengan particularmente a san José, que alcanza mucho de Dios (Av 65).


ORACIÓN PREPARATORIA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, creador y redentor mío, por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa de todo corazón haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, cumplir la penitencia que me fuere impuesta y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos. Os ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.

Oh gloriosísimo Padre de Jesús, Esposo de María. Patriarca y Protector de la Santa Iglesia, a quien el Padre Eterno confió el cuidado de gobernar, regir y defender en la tierra la Sagrada Familia; protégenos también a nosotros, que pertenecemos, como fieles católicos. a la santa familia de tu Hijo que es la Iglesia, y alcánzanos los bienes necesarios de esta vida, y sobre todo los auxilios espirituales para la vida eterna. Alcánzanos especialmente estas tres gracias, la de no cometer jamás ningún pecado mortal, principalmente contra la castidad; la de un sincero amor y devoción a Jesús y María, y la de una buena muerte, recibiendo bien los últimos Sacramentos. Concédenos además la gracia especial que te pedimos cada uno en esta novena.

Pídase con fervor y confianza
la gracia que se desea obtener.

A continuación rezar la oración del día que corresponda:


DÍA 1º

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Oh benignísimo Jesús así como consolaste a tu padre amado en las perplejidades e incertidumbres que tuvo, dudando si abandonar a tu Santísima Madre su esposa, así te suplicamos humildemente por intercesión de San José nos concedas mucha prudencia y acierto en todos los casos dudosos y angustias de nuestra vida, para que siempre acertemos con tu santísima voluntad.

Terminar con la oración final

para todos los días.

DÍA 2º

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado en la pobreza y desamparo de Belén, con tu nacimiento, y con los cánticos de los Ángeles y visitas de los pastores, así también te suplicamos humildemente por intercesión de San José, que nos concedas llevar con paciencia nuestra pobreza y desamparo en esta vida, y que alegres nuestro espíritu con tu presencia y tu gracia, y la esperanza de la gloria.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 3º

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu amado padre en el doloroso misterio de la Circuncisión, recibiendo de él el dulce nombre de Jesús, así te suplicamos humildemente, por intercesión de San José, nos concedas pronunciar siempre con amor y respeto tu santísimo nombre, llevarlo en el corazón, honrarlo en la vida, y profesar con obras y palabras que tú fuiste nuestro Salvador y Jesús.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 4º

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado de la pena que le causó la profecía de Simeón, mostrándole el innumerable coro de los Santos, así te suplicamos humildemente, por intercesión de San José que nos concedas la gracia de ser de aquellos para quienes tu sirves, no de ruina, sino de resurrección, y que correspondamos fielmente a tu gracia para que vayamos a tu gloria.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 5º

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Oh benignísimo Jesús, así como tu amado padre te condujo de Belén a Egipto para librarte del tirano Herodes, así te suplicamos humildemente, por intercesión de San José, que nos libres de los que quieren dañar nuestras almas o nuestros cuerpos, nos des fortaleza y salvación en nuestras persecuciones, y en medio del destierro de esta vida nos protejas hasta que volemos a la patria celestial.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 6º

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Oh benignísimo Jesús así como tu padre amado te sustentó en Nazaret, y en cambio tú le premiaste en tu santísima compañía tantos años, con tu doctrina y tu dulce conversación, así te rogamos humildemente, por intercesión de San José nos concedas el sustento espiritual de tu gracia, y de tu santa comunión, y que vivamos santa y modestamente, como tú en Nazaret.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 7º

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Oh benignísimo Jesús, así como por seguir la voluntad de tu padre celestial permitiste que tu amado padre en la tierra padeciese el vehementísimo dolor de perderte por tres días, así te suplicamos humildemente, por intercesión de San José, que antes queramos perder todas las cosas y disgustar a cualquier amigo, que dejar de hacer tu voluntad; que jamás te perdamos a ti por el pecado mortal, o que si por desgracia te perdiésemos te hallemos mediante una buena confesión.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 8º

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Oh benignísimo Jesús, que en la hora de su muerte consolaste a tu glorioso padre, asistiendo juntamente con tu Madre su esposa a su última agonía, te suplicamos humildemente, por intercesión de San José, que nos concedas una muerte semejante a la suya asistido de tu bondad, de tu Santísima Madre y del mismo glorioso Patriarca protector de los moribundos, pronunciando al morir vuestros santísimos nombres, Jesús, María y José.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA 9º

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Oh benignísimo Jesús, así como has elegido por medio de tu Vicario en la tierra a tu amado padre para protector de tu Santa Iglesia Católica, así te suplicamos humildemente por intercesión de San José, nos concedas el que seamos verdaderos y sinceros católicos, que profesemos sin error la fe católica, que vivamos sin miedo una vida digna de la fe que profesamos, y que jamás puedan los enemigos ni aterrarnos con persecuciones, ni con engaños seducirnos y apartamos de la única y verdadera religión que es la Católica.

Terminar con la oración final para todos los días.


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oh custodio y padre de Vírgenes San José a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma inocencia de Cristo Jesús y la Virgen de las vírgenes María; por estas dos queridísimas prendas Jesús y María, te ruego y suplico me alcances, que preservado yo de toda impureza, sirva siempre castísimamente con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.

Jesús, José y María, os doy mi corazón y el alma mía

Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María, con Vos descanse en paz el alma mía.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Antífona. Tenía el mismo Jesús, al empezar su vida pública, cerca de treinta años, hijo, según se pensaba de José.

V. San José, ruega por nosotros.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oración. Oh Dios que con inefable providencia te dignaste escoger al bienaventurado José por Esposo de tu Madre Santísima; concédenos que, pues le veneramos como protector en la tierra, merezcamos tenerle como protector en los cielos. Oh Dios que vives y reinas en los siglos de los siglos. Amén.

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